Antes de que Afundación Obra Social ABANCA comenzase a programar actividades de voluntariado ya había colaborado con algunas asociaciones locales por lo que, cuando vi que lanzaba un programa propio, me apunté de inmediato.
Muchas veces estás tan metido en tu propia realidad que no acabas de ser consciente de las situaciones adversas que te rodean. Participar en estas actividades es una forma muy real de tomar conciencia de la realidad tan distinta que viven otras personas y de aprender a valorar lo que tienes.
A menudo tendemos a pensar que las grandes organizaciones o instituciones son las que tienen que cambiar las cosas y nos olvidamos que cada uno de nosotros, a nivel individual, también podemos hacer cosas para mejorar aquellas situaciones que creemos injustas. Creo que todos tenemos la obligación moral de intentar ayudar.
Cuando me apunto a una actividad de voluntariado siempre pienso que mi acción ayudará a alguien que lo necesita y eso es lo que me motiva a continuar participando.
Dentro de las distintas iniciativas que ha llevado a cabo estos años Afundación Obra Social ABANCA, he colaborado en algunas de carácter social como recogidas de alimentos, colaboración con la Cocina Económica o recogida de juguetes en Navidad. De todas ellas, me quedo con las recogidas de juguetes que se hacen cada año en Navidades para intentar que los niños de las familias más desfavorecidas también tengan regalos que abrir. Sin duda, es uno de los colectivos más vulnerables y por ello debemos ser especialmente sensibles.
A todos aquellos que se estén planteando colaborar en actividades de voluntariado, les animo a que lo hagan sin pensárselo. Es algo que te supone poco esfuerzo y la recompensa ¡es muy grande!